Al contrario de lo que sucede con los del Paleolítico Superior, en Egipto se han encontrado muchos yacimientos del Paleolítico Final, fechados entre los años 21000 y 12000 B.P.
El clima siguió siendo hiperárido, pero el río había comenzado a contener menos agua y más arcillas, debido a la aridez presente en su cabecera y a la importante actividad erosiva producida por el frío glacial final que afectaba a las tierras altas de Etiopía.
Las arcillas se depositaron en el valle del Nilo, rellenando el Alto Egipto con un grueso estrato de aluvión y creando una llanura de inundación.
En el Bajo Egipto y en el Egipto Medio no se han encontrado yacimientos del Paleolítico Final, pero entre los yacimientos encontrados en el resto del territorio tenemos una gran variedad tipológica: el fakhurianiense, el kubbaniyanense, el isnanense, el qedanense...
Tras el Paleolítico Final hubo una interrupción en la ocupación del valle del Nilo y entre los años 11000 y 8000 B.P. no hay atestiguada presencia humana en Egipto, a excepción de un grupo muy pequeño de yacimientos en la zona de la segunda catarata.
A partir del 7000 a.C. vuelve a haber ocupación humana en el Valle del Nilo, pero los yacimientos del epipaleolítico o mesolítico, una época de transición entre el paleolítico y el neolítico, son muy escasos y sólo podemos distinguir dos culturas: la elkabiense y la qaruniense o Fayum A.
Las prácticas pesqueras de este periodo estaban mucho más desarrolladas que las del Paleolítico Final y la industria epipaleolítica es microlítica, es decir, que se trata de pequeñas piezas de piedra.
La población, en este periodo histórico, se dedicaría ahora a la caza, la pesca y la recolección.
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