La música en el antiguo Egipto fue una actividad que se realizaba en contextos tanto religiosos como profanos y en diferentes sitios, como el palacio real, en procesiones religiosas, en desfiles militares, durante ceremonias funerarias o de enterramiento... (Teeter 1993; Emerit 2013). Así, sabemos que la música era una actividad importante dentro de la sociedad egipcia, sobre todo durante el periodo amarniense, en el cual estas escenas están generalmente relacionadas con la corte. Pero también sabemos que la música debió tener un papel importante en este periodo porque fue entonces cuando ocupó un lugar predominante en la decoración de los palacios reales (Manniche 1991).
En cuanto a su representación en el arte, durante todo el periodo faraónico los instrumentistas aparecen generalmente en grupos u orquestas. Estos instrumentistas podían ser hombres o mujeres y también podían ser egipcios o personajes extranjeros. Concretamente, en el caso del Reino Nuevo, podemos afirmar que predominan las representaciones de orquestas femeninas frente a las masculinas.
Los títulos ostentados por los instrumentistas nos permiten saber que se trata de una profesión altamente jerarquizada en la que las personas se organizan de una manera acorde a su especialidad (Emerit 2013). En cuanto a su formación, podemos intuir gracias a distintos documentos que existían escuelas de música en el antiguo Egipto y cierta enseñanza institucional en los templos o la corte, aunque el aprendizaje de la música empezaba en la familia (Emerit 2013).
Por otro lado, queda constatada la estrecha relación que tenían en el antiguo Egipto la música y la religión, pues se creía que la música tenía la capacidad de agradar y aplacar a los dioses y, además, muchos de los instrumentistas poseían títulos religiosos (Teeter 1993). Entre los dioses relacionados con la música podemos distinguir varios: Meret era la protectora de la música y la canción litúrgica y era considerada la personificación de la música; Hathor era la diosa o patrona de la música y la danza; su hijo, el dios Ihy, también era considerado dios de la música y estaba estrechamente asociado a los sistros; y, por último, cabe mencionar al dios enano Bes, protector del hogar y relacionado con el nacimiento y la concepción que aparece en numerosas representaciones artísticas acompañado de diferentes instrumentos, sobre todo panderetas.
Entre las fuentes de estudio de la música en el Reino Nuevo egipcio encontramos: fuentes iconográficas, como las pinturas y relieves que decoran tumbas y templos o diferentes objetos en los que aparecen instrumentistas; y fuentes arqueológicas, como restos de los propios instrumentos encontrados en excavaciones gracias al seco clima egipcio, que ha permitido su conservación. Sin embargo, no existen restos de notaciones musicales que nos informen de cómo era la música que tocaban los antiguos egipcios.
Texto original publicado en: Bueno Guardia, Miriam: “Una aproximación a la música en el Reino Nuevo egipcio a través de las fuentes iconográficas y arqueológicas”, Antesteria, 9-10, 2020-2021, pp. 23-42. Descargar
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